jueves, 28 de mayo de 2020

Oración de la mañana


¡Buenos días Familia Concepcionista!
María es el gran modelo para una Iglesia joven, que quiere seguir a Cristo con frescura y docilidad. Cuando era muy joven, recibió el anuncio del ángel y no se privó de hacer preguntas, pero tenía una vida disponible y dijo: «Aquí está la servidora del Señor».
Llama la atención la fuerza del “sí” de María joven, de ese “hágase” que le dijo al ángel. No fue una
aceptación pasiva o resignada, de bueno, vamos a probar a ver qué pasa. Era deci
dida, supo de qué se trataba y dijo “sí”, sin vueltas. Fue el “sí” de quien quiere comprometerse y arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que era portadora de una promesa. Y cada uno de vosotros ¿os sentís portadores de una promesa? ¿Qué promesa tengo en el corazón para llevar adelante? María tendría, sin dudas, una misión difícil, pero las dificultades no eran una razón para decir “no”. Seguro que tendría complicaciones, pero no serían las mismas que se producen cuando la cobardía nos paraliza por no tener todo claro o asegurado de antemano. ¡María no compró un seguro de vida! ¡María se la jugó y el “sí” y las ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las dificultades!
Sin ceder a evasiones, supo acompañar el dolor de su Hijo, sostenerlo en la mirada, cobijarlo con el corazón. Dolor que sufrió, pero no la resignó. Fue la mujer fuerte del “sí”, que sostiene y acompaña, cobija y abraza.
Aquella muchacha hoy es la Madre que nos cuida. Muchas veces, caminamos por la vida cansados, necesitados, pero queriendo que la luz de la esperanza no se apague. Nuestra Madre mira a este pueblo peregrino, que la busca haciendo silencio en el corazón aunque en el camino haya mucho ruido, conversaciones y distracciones. Pero ante los ojos de la Madre sólo cabe el silencio esperanzado.
#uni2
#MesdeMayo
#todoirábien

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