¡Qué suerte encontrarte en el camino!
Bendito el momento en que descubrimos que tenemos una Madre del cielo, que va a nuestro lado en la vida. Que nos mira y nos sonríe. Que nos levanta y nos abraza. Que nos quita la soledad.
María, mírame, y que me deje mirar por ti. Que descubra en tu mirada el amor de la Madre que siempre ama y espera a su hijo.
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