YO BUSCO, TÚ BUSCAS, ÉL BUSCA...
En realidad, todos
buscamos. Siempre. Hay momentos de nuestra vida en los que tenemos claro lo que
buscamos, otros en los que no sabemos ni lo que buscamos, y otros en los que,
con nuestras actitudes, incluso nos negamos a reconocer que estamos
buscando algo en concreto. la realidad es que siempre buscamos.
Si estás leyendo estas líneas es porque ya conoces a Jesús,
porque ya ha habido algún “Juan Bautista” o algún “Andrés” en tu vida que
en algún momento te señaló al Cordero de Dios, al Mesías, y decidiste seguirlo, por el motivo que sea y de la manera que sea. Hoy Jesús, que sabe que estás ahí, se vuelve, te mira a los ojos, te pregunta ¿QUÉ BUSCAS? y te invita a que no le respondas de manera superficial, sino desde lo más profundo de tu corazón. ¿Qué buscas?
en algún momento te señaló al Cordero de Dios, al Mesías, y decidiste seguirlo, por el motivo que sea y de la manera que sea. Hoy Jesús, que sabe que estás ahí, se vuelve, te mira a los ojos, te pregunta ¿QUÉ BUSCAS? y te invita a que no le respondas de manera superficial, sino desde lo más profundo de tu corazón. ¿Qué buscas?
Te invito a que te plantees esta pregunta, con tranquilidad, con
serenidad… quizá puedas “rumiarla”, no solo hoy, sino en tus ratitos de oración
de esta semana.
En cualquier caso, sea cual sea tu respuesta, mi deseo es que
cada vez seamos más “buscadores” de Dios y más “señaladores” de Dios,
gentecilla normal y corriente que invita desde su vida cotidiana a seguir al
Maestro, por el simple hecho de que con su vida transmite la alegría que se
siente cuando uno va de la mano de Jesús.
Lidia Alcántara Ivars, rmi
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