miércoles, 11 de octubre de 2017

ORACIÓN DE LA SEMANA

Buenos días a todos. ¿Cómo lleváis la semana? Hoy queremos compartir con vosotros esta oración para empezar el día:
Muchas veces nos quejamos porque tenemos que venir obligatoriamente al colegio, porque mamá siempre me pone pescado en la cena, porque no tengo el último modelo de zapatillas “Nike”, porque mi amigo ya tiene el último juego de “la Play”… y no nos paramos a pensar que somos los más privilegiados de la Tierra, que derrochamos. Cada vez que nos quejamos de estas cosas tendríamos que tener en cuenta cómo malviven otros chicos y chicas de nuestro mundo. Algunos datos nos ayudarán a reflexionar sobre lo que es ser realmente pobre. Según Unicef, cada año mueren 12 millones de niños y niñas menores de cinco años. Siete millones de estos fallecimientos son por causa de la desnutrición. Las zonas más problemáticas son Asia meridional y África subsahariana. 
Más de 130 millones de niños del mundo no pueden ir a la escuela, no pueden aprender a leer o a
escribir. Si se quiere romper la pobreza se ha de educar a las personas. Decía una viñeta que vi una vez que quizá no podamos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar la parte del mundo que nos toca. Y eso es lo que vamos a hacer. Te animo a que te comprometas en lo que esté en tú mano. De eso nunca te arrepentirás. Y le pedimos a Dios que nos dé fuerzas y ánimo para construir el mundo con el que él siempre soñó. Lo hacemos con la siguiente oración.

Jesús
maestro bueno, enséñame el camino para vivir solidariamente.
Ayúdame a convertir mi corazón duro
en un corazón sensible y cercano a los que sufren.
Enséñame a ver el dolor, el sufrimiento,
y las necesidades de los demás.
Dame la sencillez necesaria para conmoverme
frente al prójimo y acudir en su ayuda.
Que no sea mezquino en mi entrega,
que aprenda a dar todo lo que tengo:
mis cosas, mi tiempo, mi esfuerzo,
mi vida entera para que otros vivan más y mejor.
Ayúdame a tener compasión, que no es lástima,
sino solidaridad activa y compromiso con el otro.
Sentir con el otro, padecer con él,
movilizarse desde adentro para ir a su encuentro.
Dejar los propios intereses, para atender lo de los otros.
Aprender a dar, antes que pedir y que recibir.
Enséñame a ser solidario.
A vivir el amor de verdad y a construir
la justicia y el Reino.
Enséñame a compartir todo lo que tengo.
Ayúdame a liberarme de todo lo que me ata
y me impide ser generoso con los demás.
Ayúdame a dedicar tiempo a atender a los que sufren
y a los que necesitan.
Enséñame a descubrir tu rostro en el que pasa hambre,
o sufre sed o frío, o está desnudo, enfermo o en la cárcel.
Enséñame a verte en los despojados
que viven al lado del camino en nuestra sociedad de hoy.
En los enfermos, en los que tienen sida,
en los que se drogan, en los chicos de la calle,
en los ancianos que están solos, en los que no tienen trabajo,
en los excluidos por nuestra injusta sociedad. 

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