sábado, 18 de octubre de 2014

Evangelio del Domingo 19 Octubre - Comentario

¡Olé, Jesús!



Puede sonar algo vengativa la frase, pero es lo primero que se me ocurre al escuchar a Jesús. Imagino la escena: aquellos que tratan de tentarle, con ansia de comprometerle. Sus discípulos, escuchando atentos. Y Jesús, irradiando la paz que regalaba. Y le responde. E imagino a cualquiera de sus discípulos diciendo para sus adentros: “Olé, Jesús… aquí paz y después gloria.”

Voy a mi vida y pienso en las veces en que me comprometen o en que trato de comprometer a otros. Todos tenemos ese puntito de orgullo
y revancha que tanto peso deja en el corazón si lo dejamos crecer. Y entonces pido que Jesús me enseñe esa libertad al responder, esa bondad que Dios modela para que mis respuestas no hagan daño, sino que expresen verdad y abran caminos de encuentro: en mis relaciones apegadas y en mis relaciones más libres; en mis incoherencias con el dinero y la pobreza; en mis justificaciones ridículas y en mis mejores raíces… es decir, en la cara y la cruz de mis tantas monedas…

Que este Jesús libre, auténtico, comprensivo nos enseñe a ser justos con nosotros mismos y con el resto. Que nuestra mirada «no mire lo que la gente sea», sino «conforme a la verdad». Y así, que nadie tenga que cargar nuestra cruz por la cara. Y así, que mi cara no sea una cruz para otros. Y así, como Él, nos podamos decir: “olé, tú. Aquí paz y después gloria…”.


Jorge Ruiz, cmf

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