martes, 9 de marzo de 2021

2ª MISIÓN MENTIRA-AYUNO

 El ayuno parece una cosa completamente pasada de moda e innecesaria. ¿Cómo entender esta práctica que la Iglesia nos aconseja? En primer lugar, comprendiendo que no es un chantaje. “Yo ayuno y así soy más bueno y sacrificado. Dios me va a hacer más caso”. El ayuno tiene el significado de vencerse a uno mismo, de decirte incluso físicamente que Dios (y vivir como él enseña por tanto, la fe, la esperanza, el amor) tienen que ser más importantes que lo que necesitas o te apetece. Algún santo explica que sirve para decirte a ti mismo que hay que sentir hambre de Dios hasta físicamente. En algunas casas, lo que se ahorra con el ayuno o la abstinencia se iba ahorrando para dárselo a los pobres. 

¿Qué queremos enseñarle a los alumnos? Precisamente la idea de fondo del ayuno: elegir el bien, elegir la verdad, elegir lo que cuesta y requiere sacrificio. Entonces, ¿si ayunamos de contar mentiras? Vencemos al impostor de la mentira que promete sacarnos de líos y nos pone buena cara pero cuando mentimos nos encierra en una doble vida, o en buscar intereses, o en aparentar… 


 Tendremos en la clase una mochila donde escribiremos las personas de nuestro entorno (Padre, madre, abuelos, amigos, profesores…) a las que decimos mentiras. Una vez hecho esto, cada vez que se le diga una verdad a estas personas, se podrán tachar sus nombres para así poder aligerar la carga que nos suponen las mentiras. Una vez finalizada la semana, la mochila se coloca en la puerta, al lado del muñeco y del reloj de arena.



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