En esta segunda semana de cuaresma estamos trabajando la ayuda. Hemos pintado el segundo vagón de nuestro tren y las montañas que visitamos durante estos días.
Todos sabemos
que subir a una montaña no es tarea fácil, suele ser una dura subida, un camino
difícil y escarpado en el que se nos hace muy largo llegar a la cima.
La montaña es un
lugar simbólico y sagrado en la Biblia. Las cumbres de las montañas han sido
lugar de encuentro de Dios con el hombre. Nos acerca esa cumbre al cielo, y acerca sobre todo nuestro corazón al corazón de Dios.
Como ejemplos encontramos el Monte Sinaí, en el que Moisés había tenido la
revelación de Dios, el Monte Moria, al que subió Abraham con su hijo
Issac, para ofrecerlo a Dios o el Monte Gólgota, donde Jesús fue
crucificado.
Simboliza así la
montaña un acercamiento a Dios, un Dios que nos quiere y nos ayuda, que es
cercano y es nuestro amigo.
Os invitamos a que ahora penséis cómo os podéis acercar a Dios (siendo buenos compañeros y amigos, ayudando en lo que los demás necesiten…), pero también
es bueno que reflexionéis sobre qué cosas os alejan de Dios (critico, me burlo de
los demás, no soy agradecido ni ayudo a nadie…)
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