La pasión de los comienzos. Jesús está
inaugurando su vida pública. El corazón lleno del Espíritu. Tanto que
decir, tanto que hacer…
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Y
llegó a su pueblo. Con los mayores,
que le conocían de toda la vida. Allí escuchándole. Con los niños que
empezaban a vivir. ¡Ha venido Jesús! Expectación.
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Y comienza a decirles que lo que
esperaban desde hace tanto tiempo se cumple. Y todos se admiran. Y que
él viene a anunciar buenas noticias a los más pobres, libertad para los
cautivos, y el amor de Dios para todos. Y que no por ser “de los de la
sinagoga de toda la vida” iban a tener privilegios. Como les pasó a los
de los tiempos de Elías y Eliseo… cuando Dios tuvo compasión de “los de
fuera”.
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Más bien tenían el riesgo de creer que
ya lo sabían todo… y no dejar a Dios hacer en su vida. Una provocación
en toda regla. Y Jesús, ante la reacción de su gente, pasando en medio
de ellos, continuó su camino…
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En el comienzo de este año litúrgico,
también Jesús quiere provocar tu vida. No sea que te pase como a los de
su pueblo. Que pienses que ya te lo sabes todo. Que no necesitas
conversión. Que eso es para otros…
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En este año de la Misericordia, pídele a
Dios volver a Él. Desde el fondo de tu corazón, dile: “Que tu Buena
noticia no pase de largo en mi vida”. Para que tú puedas ser agente de
misericordia con lo que tienes cerca.
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Luis Manuel Suárez CMF (blog acompasando)
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