Dibujo: Patxi Velasco Fano |
¿Por qué en ocasiones hay tanta distancia entre lo que decimos y lo que hacemos? Porque las consecuencias de decir y de hacer son distintas: en el primer caso, implica una primera impresión –buena o mala- ante quien hablamos; en el segundo caso, implica una tarea, que aunque tenga buenas consecuencias no nos quita el esfuerzo. Por ello,
en ocasiones, buscamos quedar bien ante quien nos pide algo… sin asumir después la tarea que conlleva. Y, otras veces, aunque de primeras nos negamos, después recapacitamos y llegamos a hacerlo.
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El mensaje que hoy lanza Jesús a los dirigentes del pueblo de Israel puede dirigirse a mí y a ti: ¿eres de los que dice “sí” a Dios, y luego no lo llevas a la vida… o de los que de primeras dice “no”, pero después lo haces?
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La “conversión” es volverse hacia Dios.
Cambiar el rumbo: de darle la espalda a encontrarse con Él y comenzar a
recorrer sus caminos. Jesús alaba a los publicanos y a las prostitutas
no por su conducta pasada, sino porque escucharon a Juan y se volvieron
hacia Dios, cambiando el rumbo de su vida.
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Hoy, ante el Señor, reconoce si eres más
de los primeros o de los segundos. Y, sea lo que sea, pídele avanzar en
el camino del Reino de Dios, como Él te pida y hacia donde Él te llame.
.Luis Manuel Suárez CMF
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