Hola, ¿Qué tal estáis? ¿estáis
contentos?
Hoy, también con María, vamos a
profundizar en lo grande que era su corazón, donde cabían todos, los que le caían
bien, y los que le caían mal. y, ¿Sabéis por qué tenía un corazón tan grande?
porque sólo sabía decir que sí, nunca se quejaba, ni dudaba del amor de Dios.
María, pensaba siempre en los demás más que en sí misma, y antes que en sí
misma, porque lo único que le preocupaba, era que Dios estuviese contento, y
sabía que para que estuviese Dios contento, ella tenía que hacer feliz a los
que vivían con ella. ¿Tu haces feliz a los que llevan contigo?
Vamos a escuchar esta canción y
mientras tanto pensáis en si hacéis felices a los demás o no.
Después de haber escuchado el
magníficat, ¿sabéis que quiere decir la palabra magníficat? grandeza,
engrandece, el corazón se hace más grande, porque doy gracias a Dios. A veces
nos cuesta dar gracias a los demás, y no hay nada más bonito que saber ensalzar
y alabar a los que están a nuestro lado, por eso ahora lo vamos a hacer con
María:
1. Te alabamos María, porque has
sido capaz de mirar con ternura a aquellos que nadie quería, porque te has
fiado tanto de Dios, que nunca has dudado de su amor.
Te alabamos María.
2.
Te alabamos María, porque saliste en seguida a ayudar a tu
prima cuando te necesitaba, porque estabas pendiente de lo que les dolía a los
demás, como a aquellos en las bodas de Caná que no tenían vino para la fiesta,
porque tu mirada siempre va más allá de lo que aparece a primera vista.
Te alabamos María.
3.
Te alabamos María, por tu confianza, en Dios y en los demás,
porque siempre esperaste que la bondad venciese sobre el odio y el dolor, por
tu capacidad de estar con aquellos desposeídos y olvidados por los demás. Te alabamos María.
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